La cristalización es un problema cuando los gases de escape de los motores diésel que utilizan AdBlue no se calientan lo suficiente. La falta de calor impide que el AdBlue se convierta completamente en amoniaco. Si este es el caso en tu motor, pueden formarse cristales cianúricos que pueden acabar provocando un fallo del motor.
Los componentes de alta presión, como las bombas de combustible, los inyectores, los racores de combustible y los depósitos de combustible, pueden sufrir graves daños, hasta el punto de que el motor no se pueda reparar.
Un refractómetro te permite comprobar la urea en la mezcla de AdBlue. Este porcentaje debería ser idealmente del 32,5%. El AdBlue es sensible al frío, por lo que si el aditivo se ha almacenado a baja temperatura, puede empezar a cristalizar y causar problemas. ¡Medir es saber!
Rellenar el AdBlue a tiempo también ayuda a actuar como aislante, ya que las posibilidades de que el AdBlue se congele y cause daños son mucho menores. En nuestra gama puedes encontrar fácilmente un práctico refractómetro, bombas de AdBlue y el propio AdBlue cuidadosamente almacenado.