En TVH combinamos nuestra experiencia técnica interna con una gama muy amplia de recambios de escape. Esta gama también incluye recambios específicos para controlar o regular las emisiones de escape:
Filtro de hollín/Filtro de partículas diésel
Un filtro de partículas diésel (DPF - Diesel particulate filter, por sus siglas en inglés) es una pieza vital para reducir las emisiones de los motores diésel. El DPF está diseñado para reducir las partículas diésel que se producen durante el proceso de combustión. Este filtro captura las partículas de hollín y ceniza bloqueándolas físicamente y recogiéndolas en sus paredes filtrantes.
Con el tiempo, el filtro pierde su eficacia debido a la acumulación de partículas, sobre todo de ceniza. La vida útil del filtro puede aumentar algo mediante el proceso de regeneración, en el que el hollín acumulado se quema periódicamente. Sin embargo, las partículas de ceniza no pueden quemarse.
Un filtro de partículas diésel es muy eficaz: hasta el 99% de las partículas de hollín son capturadas y eliminadas de los gases de escape.
Catalizador
Utilizado dentro del sistema de escape, el catalizador reduce los contaminantes nocivos de los gases de escape, como el monóxido de carbono (CO), los óxidos de nitrógeno (NOx) y los hidrocarburos (HC), estimulando varias reacciones químicas. Cuando estos contaminantes entran en el catalizador, entran en contacto con una estructura en forma de panal de cerámica o metal, recubierta de materiales catalizadores como el platino, el paladio o el rodio. El contacto de los contaminantes con estos metales preciosos da lugar a distintas reacciones químicas:
- Oxidación: El CO y los HC reaccionan con el oxígeno (O2) para producir dióxido de carbono (CO2) y agua (H2O), reduciendo los niveles de gases nocivos.
- Reducción: Los NOx se reducen al reaccionar con el CO y los HC. Esta reacción de reducción produce N2, CO2 y H2O, reduciendo los niveles de óxidos de nitrógeno.
Estas reacciones químicas convierten los gases nocivos en sustancias inertes, o menos nocivas. Los gases de escape convertidos salen ahora del catalizador para ser liberados a la atmósfera.
Sonda Lambda
Situada cerca del colector de escape o en el tubo de escape (tanto antes como después del catalizador), está la sonda lambda, también conocida como sensor de oxígeno. Estas sondas controlan el nivel de oxígeno en los gases de escape, generando una señal de tensión. Cuando la salida de tensión es baja, significa que la mezcla de aire y combustible contiene demasiado oxígeno. Cuando la salida de tensión es alta, indica que la mezcla de aire y combustible es rica y no contiene suficiente oxígeno.
La salida de tensión se envía a la unidad de control del motor de la máquina (ECU - Engine control unit, por sus siglas en inglés), que ajusta continuamente la mezcla aire-combustible en el motor, manteniendo una proporción óptima de aire y combustible, optimizando la combustión.